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Día: noviembre 7, 2021

El amor en tiempos de Marvel

Hoy en día, el cine nos hace sentir emociones similares a las que quisiéramos sentir en nuestras relaciones con las demás personas. Desde una batalla épica por salvar el planeta que conecta con ese querer luchar por la persona a quien tanto queremos, hasta esas caídas que vive cada personaje, con las cuales recordamos las dificultades que tenemos nosotros mismos.

 

Es por eso que decidimos preparar un artículo que habla de todo lo que nos ha enseñado el Universo Cinematográfico de Marvel y cómo puede aplicarse a la vida en pareja. Y no se preocupen: NO HAY SPOILERS AQUÍ.

 
 

Cuando sientes que no te puedes controlar

 

En las distintas películas de Marvel, nos hemos topado con personajes que tienen un tema con el enojo, como Hulk y Venom. En diversas escenas donde aparecen, notamos cómo cualquiera de estos personajes puede destruir lo que se le ponga enfrente en cuestión de segundos ¿Alguien se siente identificado con esto? Cuando nos gana la emoción, probablemente un Hulk-Smash venga en camino. En el mundo real, explotar así no es la reacción de un verdadero héroe.

 

Es sorprendente cómo en ambas historias encontrar el balance y un mejor manejo de las emociones empodera al personaje. Eso mismo sucede con nosotros: encontrar que las emociones y sentimientos que experimentamos tienen un origen y son reales es importante para validarlas, pero saber dirigir estas emociones, para no destruir todo lo que toquemos. Puede ser la mejor forma de sentirnos superhéroes, pues así podemos proteger y afirmar más a nuestra pareja.¡Voltear a ver tus emociones y tener apertura para crecer en un inteligencia emocional y asertividad sí es importante!

 

La importancia de los pequeños detalles

 

Unos de los personajes más queridos son sin duda Ant Man y The Wasp. Si no conoces estos personajes, déjanos contarte sobre ellos: Gracias a una partícula y un traje desarrollados por Hank Pym, un renombrado científico, aquella persona que se encuentre dentro del traje puede volverse del tamaño de una hormiga o tan grande como un edificio. Curiosamente, se vuelven unos de los Avengers más poderosos gracias a eso. Al no ser notados tan fácilmente, pasan desapercibidos, pero cuando desean tener un impacto enorme, pueden lograrlo con gran facilidad.

 

Esto mismo sucede con nuestras acciones: una flor, un cumplido, un detalle, un meme, un beso… Esas cosas pueden hacer toda la diferencia para la persona que amas. A veces, estos actos pueden pasar desapercibidos o parecer muy pequeños, pero tienen un impacto enorme en cualquier relación. Ayudan a nutrir el vínculo y mandan el mensaje de “pienso en ti y te quiero”. Queremos invitarte a reflexionar qué tanto somos parte de esta pequeña gran fuerza que son los detalles ¿Cómo te haces presente en lo ordinario del día a día en la vida de tu pareja? ¿Qué pequeños detalles hacen que surja la sonrisa más grande en él/ella?

Todos tenemos superpoderes

 

Es curioso cómo se ha desenvuelto el mundo de Marvel en sus diferentes historias. En algunas películas, personajes que parecían menos interesantes o menos poderosos en series o películas anteriores, son protagonistas y surgen como los más poderosos.

 

A veces nos comparamos constantemente con los demás, tanto individualmente como en pareja. Con frecuencia las comparaciones resaltan aquello que admiramos en los otros pero que vemos carente en nosotros, y eso genera inseguridades e inconformidades que nos lastiman. ¡Todos tenemos superpoderes! Procura dejar de compararte a ti, a tu pareja y a tu relación y comienza a creerte que ambos son increíbles y únicos.

 

Abre tu mente y tu corazón, y ¡permítete descubrir esas maravillas que los hacen inigualables! Juntos pueden ser ese dúo dinámico que puede salvar al planeta —o mínimo, hacer cosas increíbles en el mundo—. Así, como dijo el tío de Peter Parker: “Con gran poder viene gran responsabilidad”. Está en ti ayudar a tu pareja a sentirse esa superpersona. No depende de ti, pero sí puedes ayudarla. Recuerda siempre que todos somos maravillosos de un modo muy particular, inclusive cuando pareciera lo contrario. Hacer comparaciones solo te quitará la paz y te pondrá una venda en los ojos que te impida ver lo asombroso que eres tú y tu pareja.

 

El poder de decir “¡te quiero 3000!”

 

Como les dijimos al principio, no va a haber spoilers, pero en la película de Avengers Endgame, nos enseñan cómo decir una frase tan sencilla como “te quiero” puede cambiar el mundo. Esto lo subestimamos con mucha facilidad; el poder de las palabras. Palabras duras pueden sacar al villano más cruel, y palabras de amor pueden llevarnos a los actos más humanos y heroicos que ha vivido la humanidad.

 

Debemos cuidar las palabras que utilizamos con nuestros seres queridos, pues éstas se quedan resonando en nuestras mentes y corazón, teniendo un impacto sumamente importante. Utiliza tus palabras del mejor modo que puedas, aún cuando parezca que todo está en contra, una frase puede cambiar el rumbo. Cuando te hablamos sobre utilizar bien tus palabras, es decir lo que hay que decir y callar lo que hay que callar; ser prudente y cariñoso. A veces esto es difícil y usamos nuestras palabras para herir. Cuando eso suceda, acércate y pide perdón: ¡eso también es usar bien tus palabras! Y de ahí pueden salir frutos que te van a sorprender. Si tu pareja es fanática de Marvel, te recomendamos que en este momento le mandes un mensajito diciendo “te quiero 3000”. Te garantizamos que le sacarás la sonrisa más grande del mundo.

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Como estos ejemplos, tenemos miles que compartir contigo, y seguramente tú has vivido muchos de primera mano. Te invitamos a reconocer todas esas emociones que despiertan en ti estas películas, pero llevándolas a la vida real, para que en vez de durar 2 o 3 horas, duren toda una vida. Eso requiere de tu esfuerzo, disposición, responsabilidad, valentía, sensibilidad y amor. Ponte tu traje de superhéroe(literal o no literalmente), encuentra con quién quieres luchar contra todo mal, y disfruten juntos la verdadera aventura del amor auténtico.

 

Te invitamos a buscarnos en Instagram en nuestras redes: @charliegc15, @sofia.valt, @xnovermx, y @amarasyoficial.

La familia: lugar donde aprendemos la misericordia

Para algunos es algo parecido a la empatía, para otros está más bien ligada a acciones. Otros creen que es dar algo a alguien que lo necesita más que yo, y, por último, algunos creen —y aquí tal vez estamos la mayoría— que es lo opuesto a la justicia.

 

Misericordia y justicia

 

Lo cierto es que ambas cosas están muy presentes en nuestra vida: la justicia y la misericordia. ¿Por qué? Tal vez porque las dos experiencias más comunes que tenemos son la de vivir en una familia, y la de trabajar junto a otros. Mientras que el trabajo nos da un sentido de la justicia, la familia nos muestra lo que es la misericordia. Voy a explicarme un poco más.

 

Cuando trabajamos en conjunto con otros, a cada uno le corresponde una parte del resultado según su trabajo. Si tres personas construyen una casa; cuando esté terminada a cada uno le corresponderá su parte de la casa, o la ganancia, en proporción al trabajo que realizó, ¿cierto? A cada uno se le dará lo que corresponde, se lo hará de forma justa, solemos decir.

 

El primer lugar de la misericordia

 

Y ahora: ¿de dónde nos viene el sentido de la misericordia? Nos viene de nuestra experiencia de la familia. ¿No es acaso la familia el lugar donde se debería experimentar por vez primera la sobreabundancia en el amor? Pasa siempre que, en la familia, no se nos da a cada uno según lo que nos corresponde, sino que se nos da según nuestra necesidad y en una sobreabundancia de amor

 

En la familia el amor no debería estar ligado al resultado, a lo que alguien haga o deje de hacer: una mamá ama a su hijo sin importar nada más; o más bien, más allá de sus acciones o decisiones, buenas o malas. Por esto es que el primer lugar donde aprendemos de misericordia es en la familia. Es el primer lugar donde uno debería experimentar que el amor no es proporcional a lo que hagamos o dejemos de hacer. Simplemente, se nos da amor y ya. Más allá de todo, más allá de nuestras acciones, más allá de nuestro temperamento, más allá de nuestros resultados, podríamos decir más allá de lo que merecemos; más allá de la justicia.

 

Importancia de la familia

 

¿Será tal vez por esto que la parábola más recordada de la misericordia es la del hijo pródigo? Nadie es hijo sin un padre y una madre, ¿no? Nadie es hijo sin una familia. ¿Será también por esto que el Evangelio de la fiesta de la Misericordia nos muestra el sacramento de la reconciliación? Jesús da este sacramento en un ambiente familiar: “estaban los discípulos a puerta cerrada”. No lo dio mientras predicaba, u obraba milagros; curiosamente, en un ambiente familiar y resucitado.

 

Solamente se encontraban los apóstoles, en un ambiente familiar. Es claro que la comunidad de los apóstoles se encuentra más ligada al amor que a los resultados. Jesús no buscaba un número creciente de apóstoles. Le bastaba con doce. Tal vez, el mejor ejemplo para ver que Jesús busca más el amor que los resultados es Judas. La comunidad de los apóstoles no se encuentra del lado de los resultados y la justicia: se encuentra del lado del amor y la misericordia.

 

Misericordia y cuarentena

 

Por último, quisiera plasmar un pensamiento de la situación actual. En esta época de pandemia y postpandemia, donde nos hemos encontrado encerrados con nuestras familias; y se ha acentuado mucho más la vida familiar que la de trabajo —cosa que seguramente a muchos no nos pasaba hace tiempo—, sabiendo que esto no escapa a la Providencia. ¿No será acaso que, en esta sociedad en la que a la mayoría de las personas se las medía por sus resultados, en la que valías lo que producías, en la que estaba tan acentuada la justicia, ahora Dios haya querido que regresemos la mirada a la misericordia? Y así la veremos en su primer momento, en su primer lugar: en la sobreabundancia de un amor familiar.

 

Pueden buscarnos en Instagram: @the3wisdom y @little.ec.family

¿Es válido sacrificar los propios sueños y proyectos por la pareja?

En muchas relaciones de pareja —noviazgo, matrimonio…— te puedes encontrar con el dilema de sacrificar tus proyectos vitales por dar prioridad a la relación de pareja. Poner el énfasis en un aspecto u otro puede provocar profundas crisis. Quieres cultivar tu relación, pero también deseas crecer en otros aspectos de tu vida: trabajo, familia, amigos…, sin que se entorpezcan mutuamente.

Ambas realidades se retroalimentan. Una relación de pareja sana puede ser muy beneficiosa para el desarrollo de la vida profesional, porque da estabilidad, y un crecimiento en tus proyectos vitales produce un bienestar que favorece el amor. Una buena relación amorosa te hace crecer como persona; así, los dos anhelaréis la felicidad mutua.

 

En las relaciones de pareja es lógico tener que hacer renuncias con respecto a tu vida de soltero. En ocasiones puede ocurrir que el enamoramiento inicial haya producido una entrega desmedida por el deseo agradar a tu pareja. Te has ido adaptando a todo lo suyo, y renunciado a tu propia persona hasta anularla. Sientes que ya no importa qué te guste, opines o sientas y esto a la larga te hace sentir mal.

Cuando renuncias a ti mismo por agradar al otro de forma continuada, eso no es amar, sino depender: se crea un desequilibrio dañino, y aparece un patrón de relación poco sano, que llevará a la infelicidad y el resentimiento.

Quiérete primero

No puedes olvidar que, para amar bien, primero tienes que amarte a ti mismo. Si te cuidas podrás amar al otro.

Identifica tus propias necesidades

Amar es buscar el bien del otro, pero esto no se tiene que producir a costa de tu desgaste, de renunciar a tus intereses o de anularte como persona. Es importante que identifiques con sinceridad y valentía cuáles son tus necesidades, qué aspectos necesitas tener cubiertos para sentirte querido en la relación, sin que eso dañe a la otra persona.

Respetar las necesidades del otro

Es importante conocer las necesidades del otro, intentar que las tenga cubiertas y respetar sus espacios personales.

Buscar el equilibrio

El amor, la entrega al otro, requiere dar y recibir equilibradamente. Una renuncia continuada va dañando al que cede y por ende al otro. Cuando uno renuncia, hay que saber agradecer y compensar cuando se pueda. Es muy necesario negociar cómo vamos a actuar.

Sé precavido

En nuestro deseo de amar y ser amados, un desequilibrio grande va provocando dolor. Por eso debemos intentar ir compensando la balanza entre lo que se da y lo que se recibe, aunque se dé desinteresadamente. El sacrificio silencioso explosiona el día menos pensado.

Es importante ser precavido e ir abonando un buen terreno desde el principio para poder así lograr la felicidad en la relación. Aunque parezca que no tienes problema, que haces todo lo que te gusta y tu pareja lo comprende todo, no bajes la guardia: el día menos pensado le puede empezar a pesar. Recuerda que es fundamental el equilibrio: satisfacer tus necesidades, pero también las suyas. Sé previsor, no esperes a que todo salte por los aires y tenga difícil solución.

Espacios calendarizados

Es importante crear espacios calendarizados en los que cada miembro de la pareja determine el tiempo destinado al trabajo, al estudio, al amor o a sus propias aficiones, para poder atender todos de manera óptima. Comentar con la otra persona las necesidades de ambos y el grado de satisfacción en cada caso. También es importante hacerle partícipe de tus proyectos y de vuestro éxito, recordando que sin su apoyo no sería posible.

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En el amor se busca el bien del otro por encima de todo, y en eso consiste la propia felicidad. En una buena relación, cada uno tendrá sus ilusiones y proyectos, pero se acompañarán y apoyarán en ese trayecto. Aunque habrá momentos difíciles, la otra persona se tiene que convertir en un soporte para ti, no en alguien que te hace sentir mal de forma constante. Quien te quiera bien no intentará cambiarte: te aceptará como eres, intentando ayudarte a crecer y mejorar como ser humano, en los puntos en los que puedas mejorar.

 

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