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Día: agosto 23, 2023

Sigue tu vocación: el caso de The Marvelous Mrs. Maisel

Hace unos años, la creadora del programa Gilmore Girls, Amy Sherman-Palladino nos regaló una serie aún mejor: The Marvelous Mrs. Maisel (Amazon), que tuvo su final en la primera parte de este año, 2023. Allí nos cuenta la historia de Midge Maisel, una mujer que descubre su vocación de comediante cuando su marido la deja. Y me dirán: “Pero, Sol, esta es una página sobre cómo relacionarnos como Dios manda, y nos hablás de una mujer cuya relación amorosa falló…”.

Y sí: porque no vamos a hablar de Midge y de su relación con Joel, sino de Miriam — para los que no conocen la historia, este es el verdadero nombre de Midge— y de su vocación. Y este es un tema completamente diferente; porque para hablar acerca de las relaciones, en esta página también tenemos que hablar acerca de la  importancia de conocerse a uno mismo. Y la vocación es parte fundamental de eso.

Las situaciones límites: el fin de una cosa y el comienzo de otra

La noche en que Joel decide dejar a Midge es Yom Kippur, o sea, el Día del Perdón, un día cargado de sentido para los que somos de ascendencia judía. Este es un día de penitencia y sacrificio —para los que son católicos de toda la vida, sería una especie de mashup entre viernes Santo y Domingo de Pascua—, un día de sacrificio y resurrección a una vida nueva. Miriam debe sacrificar algo: su vida. Y resucita a su nueva vida de comediante.

Ese día, Midge pierde su vida matrimonial, que parecía salida de un catálogo de los años 60, porque su marido, en medio de una crisis existencial, decide que ya no quiere seguir adelante, y le confiesa que la engañó con su secretaria. El Mundo de Miriam se viene abajo, pues toda su vida se centró en ser la esposa perfecta. ¿Y ahora…?

El filósofo alemán Karl Jaspers nos dice que las situaciones límite son el comienzo del filosofar, puesto que nos llevan a replantearnos toda nuestra vida. Nos sacuden la estantería y nos cambian el paradigma. Eso fue lo que le pasó ese día a Midge. Y es en la noche de ese día tan cargado de sentido cuando descubre su vocación.

En un momento de catarsis en el escenario de un club nocturno, da su primer monólogo cómico, totalmente improvisado. Y es un desastre —¡termina siendo arrestada!—, pero no sin antes deslumbrar a la audiencia y a la gerente del pub. De hecho, esta decide convertirse en manager de Midge, y llevarla al estrellato. Esa noche, Midge entra siendo una esposa fracasada y resurge siendo una cómica exitosa en potencia.

“Ay de mí si no lo hago”

Hay una frase de San Pablo que habla del fuego que siente por predicar el Evangelio y dice, “¡Ay de mí si no predico el Evangelio!” (1Cor 9, 16). Esto es análogo a lo que le pasa a Miriam con la comedia. Ella ha descubierto el fuego de la comedia, ha descubierto su voz, su talento. Y ¡ay, de ella si no lo hace! Esto se ve en un momento en el que sus amigas le preguntan sobre el tema y, parafraseando a un comediante amigo, ella dice “Si pudiera hacer otra cosa, la haría…”.

El tema es que, cuando se siente la llamada en cuestión, uno está perdido. Ya no queda otra cosa que tirarse a la aventura de hacer aquello para lo cual Dios te ha dado tu talento.

Cuando sigues tu vocación te vuelves realmente más vivo

Hace un tiempo leí el libro Tu llama azul, de Jennifer Fulwiler (sí: suena mejor en inglés). En este libro, ella —que es una señora Maisel de carne y hueso— señala que, cuando uno realmente cumple con lo que está llamado a hacer, hay una llama que se enciende en nuestro interior, un brillo que nunca antes se nos había visto. Y entonces, parece que realmente estamos vivos. 

Eso es lo que le pasa a Midge en la serie, y lo que le pasa a Jennifer Fulwiler en la vida real: ambas decidieron seguir su vocación, poniendo en práctica su talento. Y con él han prendido fuego al mundo, encendiendo los corazones de quienes las escuchamos. No lo han hecho sólo con la risa: también nos inspiran a jugarnos por nuestra vocación.

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Recordemos, en este sentido, las palabras de Santa Catalina de Siena: “Sé lo que debas ser y prenderás fuego al mundo”. Ahora, la pregunta te la hago a vos: ¿a qué estás llamado?