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¿Ver porno es engañar a tu pareja?

Por: Fight the New Drug*

 

Una de las preguntas más debatidas cuando hablamos de pornografía es la siguiente: ¿ver pornografía en secreto es engañar a tu pareja? Aclaramos que hablamos aquí de “engañar” en términos de adulterio.

 

Sin duda no es una pregunta fácil, y cada uno parece tener su propia opinión al respecto, basada en sus experiencias personales: algunos coinciden en que se trata de adulterio, mientras que otros piensan que no lo es. ¿No hay, entonces, una respuesta concreta? Para un tema tan delicado, parecería que no, dada la diversidad de opiniones. Porque cada pareja es diferente, tiene estándares únicos, y establece sus propios límites. Pero en Fight the New Drug (“Combate la nueva droga”), no tratamos de establecer las reglas y límites de cada relación, sino de educar acerca de los efectos dañinos de la pornografía, tanto para los individuos como para las parejas.

 

Por supuesto, esperamos que todos los que lean este artículo adviertan que ellos mismos y sus relaciones van a estar mucho mejor sin pornografía. Pero claro: esto es algo que cada quien debe descubrir por sí mismo.

 

Secretos en las relaciones

 

Muchas personas que consumen pornografía no hablan abiertamente del tema. Ya sea que estén dispuestas a admitirlo o no, en general, se trata de algo que causa incomodidad, algo que se prefiere mantener en secreto. ¿Por qué ocurre esto?

 

Aunque no quieran aceptarlo, saben que ver pornografía sin que su pareja lo sepa no es precisamente lo mejor para la relación. Piénsenlo por un momento: nadie espera a que su pareja se vaya de casa para comprar ropa online. Nadie borra su historial de internet porque pasó mucho tiempo buscando información para planificar sus vacaciones —salvo que sea una sorpresa—. Nadie mira el resumen de los deportes con sus puertas cerradas y sus navegadores en modo privado…, ¿verdad?

 

Por supuesto que no. Uno no hace estas cosas en secreto, porque sabe que ninguna de ellas es un peligro para la relación. Sin embargo, con la pornografía, muchas personas son conscientes de que sus parejas pueden llegar a sentirse mal —e incluso traicionadas— si se enteran.

 

Esta es una de las razones más importantes por las cuales, para muchos, ver pornografía puede constituir una forma de adulterio: debido al secretismo que gira en torno a esta práctica. Esto, asociado al hecho de que buscar excitación y satisfacción sexual fuera de la relación puede quebrar la mutua confianza, y llegar a ser muy doloroso. Pocas cosas tienen tanto potencial dañino para una relación como el hecho de guardar secretos y buscar satisfacción sexual fuera de ella.

 

No es un “hábito personal”

 

Cuando se defiende el consumo de pornografía, suelen usarse argumentos como este: “nadie resulta herido. Sólo me afecta a mí. Es algo mío, personal, que no tiene que ver con nadie más”.

 

Desafortunadamente, esto no es cierto. Siempre invitamos a los consumidores de pornografía a tener en cuenta a todas las personas en la industria pornográfica que han sido abusadas y forzadas a tener sexo ante una cámara. Y también a tener en cuenta a todas aquellas personas atrapadas en redes de tráfico sexual que son obligadas a hacer pornografía. Por no hablar de las miles de historias personales que recibimos de parejas de todo el mundo, en las que nos cuentan cómo la pornografía destruyó relaciones basadas en la confianza y el amor.

 

“Lo hago para liberar el estrés”

 

¿Qué hay de este otro argumento: “es una forma saludable y natural de liberar el estrés”? Esto tampoco es cierto.

 

Se ha probado que la pornografía puede reprogramar el comportamiento sexual de quien la consume. Tambén se ha demostrado que posee un gran potencial adictivo, y puede generar hábitos dañinos que alteren significativamente nuestras vidas. La idea de que la pornografía es un comportamiento sexual saludable es tal vez una de las afirmaciones más equivocadas de nuestros días, pues la ciencia y las investigaciones constantemente exponen lo contrario.

 

Como ocurre con alguien que elige engañar a su pareja, ver pornografía no sólo afecta a la persona que lo hace: hay un todo un “efecto dominó” que puede desencadenarse a partir de una sola acción.

 

¿Depende de cada pareja?

 

Para muchas personas, descubrir que su pareja ve pornografía puede vivirse como si la hubieran descubierto cometiendo adulterio. Otras, en cambio, pueden sentirse molestas, pero no traicionadas. Y tal vez incluso haya algunas a quienes no les incomode descubrir este hábito en su pareja.

 

Más allá de la opinión de cada uno, es importante dejar en claro que las investigaciones han demostrado claramente que la pornografía daña las relaciones. No está bien que a uno le parezca bien que su pareja vea pornografía. Lo cierto es que tampoco se trata de irse al otro extremo y buscar hacer sentir mal a nuestra pareja.

 

Una cosa más para pensar. Si, en una relación, una de las personas fantasea permanentemente y se excita con los cuerpos desnudos de otros, ¿eso realmente le ayuda a mantener un vínculo fuerte y una conexión íntima con su pareja?

 

¿Necesitas ayuda?

 

Para aquellos que lean este artículo y estén luchando contra la pornografía: no están solos. Pueden ver a nuestros amigos de Fortify. Se trata de una plataforma en inglés basada en datos científicos que se dedica a ayudar a los consumidores a liberarse de la pornografía. A la fecha, ofrece una experiencia enriquecedora para adolescentes y adultos. Conéctate con otros, aprende acerca de tu comportamiento compulsivo, y mide tu proceso de recuperación. ¡Hay esperanza!

 

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* Fight the New Drug es una organización que se dedica a informar acerca de los efectos nocivos de la pornografía. Este artículo fue traducido y adaptado por el equipo de Ama Fuerte, omitiendo algunas partes para reducir su extensión. El artículo original se titula: Is secretly watching porn cheating on your partner?

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