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¿Contribuyo al mal del mundo?



Durante la pandemia, creímos que todos íbamos a salir mucho mejores personas de lo que conocíamos, creíamos que ante una crisis mundial íbamos a resultar un mundo mejor y más solidario. Para no hacerte el cuento largo, parece que fue al contrario: un día nos despertamos con una guerra en Ucrania, con países más violentos, con asesinatos, robos y corrupción, con la economía por los suelos, con las iglesias vacías y las familias desintegradas, con crisis de depresión y ansiedad en los jóvenes… En fin: con tantos problemas sociales que pareciera que una pandemia no nos sirvió de nada, más que para acabar de destruir las pocas cosas buenas que teníamos.


Y ahí estamos… Tentados de pensar que no hay nada bueno en el mundo, que cada vez está peor y que no vale la pena hacer el bien, porque no hace la diferencia. Cada vez que consientes con este pensamiento, estás contribuyendo al mal del mundo. Así como lo lees… Pero, ¿cómo salimos de esto?


La respuesta es la virtud