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Día: febrero 24, 2024

¿S3x0 oral en el matrimonio?

Muchos matrimonios se preguntan qué demostraciones sexuales pueden darse y cuáles en determinadas circunstancias. En concreto, trataré de responder a la pregunta de si es válido el sexo oral en el matrimonio. 

En primer lugar, todo matrimonio católico ha de tener claro el sentido del acto conyugal

El acto sexual no es cualquier acto. Es la entrega total y mutua de los cónyuges, mostrada en una unión de los cuerpos, muy específica. Esta unión une profundamente a toda la persona. Los hace aptos para la generación de nuevas vidas (Humanae Vitae). 

La unión total de los esposos se expresa carnalmente con la eyaculación vaginal. Por eso, las dos dimensiones indisolubles que hablan de la verdad del acto conyugal son expresión de amor y apertura a la vida. 

Desde el primer “sí quiero”, los esposos hacen la promesa de darse todo lo que son, en cuerpo y alma, con toda su persona y en todos los momentos de su vida y hasta que la muerte los separe. Por eso es tan importante y necesario que los novios se formen, antes de la boda, para ser conscientes del compromiso que adquieren ante Dios. 

El Sacramento del matrimonio permite que los esposos reciban las gracias necesarias todos los días para seguir amándose a pesar de sus imperfecciones y debilidades. Cuando en el matrimonio se realizan actos sexuales que excluyen alguna de las dos dimensiones, están impidiendo enriquecerse mutuamente con su persona. Teniendo claro el significado del acto conyugal, los esposos podrán discernir qué prácticas sexuales serán de ayuda o no para crecer en su amor.

En segundo lugar, a qué nos referimos exactamente con el concepto de sexo oral

Si nos referimos a una práctica que pertenece al juego previo o preliminares para ayudar a una mejor excitación antes de la penetración, ¿por qué no? 

Utilizar labios o lengua para acariciar los órganos genitales es un tema que pertenece a la intimidad de cada matrimonio: los esposos evalúan si este tipo de caricias les gusta y ayuda a su unión. 

La finalidad de la relación sexual es la entrega, la comunión que santifica la carne, respetando la dignidad. Si para ello los cónyuges encuentran que la estimulación oral es un buen preliminar, no han de sentirse mal por ello.

Sexo oral sin unión conyugal

En el caso de referirnos a una práctica que no es un preliminar, sino una forma de alcanzar orgasmo con eyaculación fuera de la vagina, es un acto que imposibilita la entrega de la persona. Atenta contra las dimensiones unitiva y procreativa. Por lo tanto, no sería válido ni querido por Dios. No podríamos llamarlo acto conyugal, sino que sería una simple práctica sexual. 

La sexualidad no es una función fisiológica que pueda usarse arbitrariamente para obtener placer. La sexualidad nos hace ser la persona que somos. Está impregnada en todo nuestro ser. Tiene una finalidad concreta: el amor, la entrega de uno mismo. En el matrimonio, es la entrega al cónyuge. 

El cuerpo utilizado como simple medio de placer es hacerse cómplices de una mutua cosificación. Ni siquiera estando ambos cónyuges de acuerdo en realizar sexo oral sería una buena práctica para ellos. 

El placer sexual ha sido creado y querido por Dios. Los esposos no han de verlo como algo malo. Todo lo contrario: el placer es bueno. Es bueno siempre que sea fruto de un acto verdaderamente conyugal. Un acto en el que los esposos celebran jubilosos su amor. Lo manifiestan con la entrega del cuerpo, con todo lo que son. También, con su posible paternidad y maternidad. 

El placer buscado por sí mismo acaba dejando pozos de insatisfacción en el corazón. No es capaz de llenar, ni de dar sentido, al deseo sexual. Solo la donación real de toda la persona da plenitud.  

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A los esposos que dudan sobre las prácticas que puedan o no realizar: pongan el objetivo en lograr siempre la unión de corazones y almas, en todas sus manifestaciones de amor de cada día y, en concreto, en el acto conyugal, para que sea completo y les permita crecer en la unión y en la santificación a la que están llamados con la ayuda de la Gracia. Dios está presente en todos los aspectos de la vida conyugal.

A propósito de este tema, invitamos a revisar el siguiente artículo: 5 características del acto sexual pleno.