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Día: diciembre 9, 2023

Eso que te atrae también puede repelerte

Cuando llevan saliendo 6 semanas: ¡Ay me encanta su sentido del humor! Vs. Cuando llevan saliendo 6 meses: ¡Todo se lo toma a broma! ¡Nunca habla en serio!

Este meme, basado en una historia real, esconde una situación bastante común que toda pareja puede atravesar. Una parte vital en el proceso de elegir pareja es delimitar que los “no negociables” sean similares y que los valores que busquen vivir individualmente puedan compartirse en un futuro. Pero así como es importante tener “mucho en común” es igual de importante —y muchas veces es la chispa que enciende la atracción— tener lo opuesto.

La complementariedad

Hombre y mujer son complementarios en todas sus dimensiones, y la complementariedad requiere que haya diferencias. Esas diferencias pueden traer luchas, pero son también oportunidades de crear un gran equipo aportando cada uno lo que al otro le falta. Por eso, somos más fans de “los opuestos se atraen” que de las “almas gemelas”.

Puede que llegues a sentir que tu pareja es “demasiado” algo. Por ejemplo: demasiado disperso, rígido, tímido, etcétera. En esos momentos, recuerda que quizás lo que te enamoró fue precisamente eso mismo visto como virtud: que en un comienzo era muy espontáneo, ordenado, buen oyente, etcétera.

Esas cualidades son las que te faltan, y por eso te atraen… Hasta que dejas de admirarlas; y entonces, ¡te chocan! 

La virtud está en el justo medio

A veces, pensamos que a cada virtud se le contrapone un vicio. Sin embargo, la verdad es que se le contraponen dos: uno por exceso y uno por defecto. ¿Qué tiene que ver esto con las relaciones? Que uno puede estar mal por ser desordenado pero también puede errar si el orden se vuelve una obsesión.

Una relación saludable busca que ambos puedan crecer en la virtud, y esto muchas veces requiere de la ayuda del otro. Esta es una de las tantas gracias que podemos ver en el matrimonio.

En este tiempo de casados, yo he aprendido a ser más organizado, conciente del tiempo, y preocupado por los sentimientos gracias a que mi esposa es así —y yo no—. Y ella a su vez ha aprendido que esas cosas, muy importantes, no constituyen una razón para renegar o ponerse triste si se salen de control. Y así con tantos otros aspectos.

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Si estás teniendo problemas con algún “defecto” de tu pareja, busca qué virtud es la que no estás viendo. Tal vez incluso recuerdes que eso fue lo que al principio te enamoró.