Conocernos es uno de los actos más valientes y honorables que podemos tener los cristianos. Pues, en este conocimiento de sí mismo, encontramos la obra creadora de Dios. El ser humano, en su esencia, en su particular manera de ser, en su característica auténtica y genuina que nacen de una mirada y reconocimiento del amor mismo, ve el amor que lo creó a su imagen y semejanza.
¿Quieres conocerte?
No importa la edad que tengas. No importa que sea tarde o temprano. No importa si te encuentras en una crisis emocional o existencial o una crisis de fe. Todo ello forma parte de nuestra historia, que siendo consciente o no, nos lleva a un autoconocimiento iluminado y guiado por el amor de Dios. Este autoconocimiento, así, se torna revelador y sanador.
¿Por qué dejar de lado este hecho tan trascendente para nuestro crecimiento? Pues, además, lleva impregnado la vocación a la que hemos sido llamados, el amor.
Las heridas
Las heridas pueden ser duras y dolorosas experiencias vista únicamente desde una mirada humana.Nos han hecho creer que no tenemos valor, que no somos capaces, que no podemos ser amados. También, que somos insuficiente, que necesitamos que otros vengan a curar lo que han herido, que nuestro valor está en lo que hacemos y no en los que somos.
¡Qué necesaria es la mirada y vivencia integral de nuestra sanación interior! Así, podremos tener un verdadero y pleno conocimiento de nosotros mismos que nos lleve a vivir en libertad.
En mi vivencia como psicóloga católica, que acompaña en los procesos terapéuticos, he escuchado infinitas historias rodeadas de este sentimiento “otros ven cosas maravillosas en mi y yo soy incapaz de reconocerlas”. Quizás tú también te identifiques. Allí estuve yo, también, por muchos años. Sé lo que se siente, pero en la verdad se conoce la belleza.
¡Somos libres! Así, conocerte es conocer esencialmente la verdad.
Ejercicios de autoconocimiento
Te compartiré, entonces, cinco ejercicios de autoconocimiento que te ayudarán a comenzar este descubrimiento. Escribir, los ejercicios de escritura nos permiten tener mayor claridad de lo que sentimos y pensamos, llevándonos a expresar con mayor detalle lo que somos y vivimos.
1) Te dejo 5 frases que puedes desarrollar escribiendo, haciendo una por día, sin límite de tiempo, simplemente escribe todo lo que puedas y conocerás más de ti.
- Soy…
- Me apasiona…
- Soy feliz cuando…
- Me da miedo que…
- Amo quien soy cuando…
2) Atrévete hacer lo que te gusta, desarrollar un hobby, un deporte, un arte, hará que mires dentro de ti con mayor frecuencia, esto hará que descubras tus talentos y así, te hallarás disfrutando esa parte de ti, que también tiene un propósito de Dios.
3) Mírate al espejo con la intención de reconocer qué piensas de ti, cómo te sientes con lo que ves, cómo te reconoces. Hazlo con intención de mirarte con amor, un amor que te lleva a decirte en voz alta “qué bien lo haces”, “qué bonita eres”, “qué guapo me hizo Dios”, “me gusta mi mirada”, “hoy voy a vivir feliz”, “estoy orgulloso de mí”, “qué amado soy”. De esta manera se disipan los pensamiento intrusivos y negativos, y llevamos a la verdad lo que somos.
4) Dedica tiempo a la lectura con temas que vayan relacionado a los temas de ti mismo que pueden estarte inquietando o quieras saber de ti, esta lectura suele ser reveladora, llevándonos a reflexionar y tener mayor conocimiento de mí mismo. Compleméntalo con la lectura espiritual (Palabra de Dios, vida de santos, temas espirituales, entre otros).
5) Identifica y conoce tus emociones, toma una hoja y coloca 5 emociones, las que prefieras, por ejemplo: alegría, ansiedad, tristeza, miedo, rabia, ponlas en una columna y cada día escoge la emoción más presente, al terminar la semana, y luego el mes, puedes identificar cómo han estado tus emociones, y en virtud de, tomas las acciones necesarias para cuidar tu mente.
***
Todas estas herramientas te las dejo para puedas hacerlas tú mismo, y de una forma clara y sencilla puedas ir cada vez más dentro de ti. Si notas que en este proceso comienzas a descubrir aspectos más profundos de ti mismo, entonces, será el momento de acudir a terapía con psicólogo católico, dirección o guía espiritual o buscar algún consejero, según sea el caso, para que te brinde las herramientas necesarias y te dé un acompañamiento más cercano en esa búsqueda del conocerte.